Los medicamentos son más eficaces si vienen en píldoras rojas que si vienen en píldoras blancas. Las inyecciones funcionan aún mejor que las pastillas. También son más efectivas las medicinas caras y las que tienen una marca conocida frente a sus equivalentes genéricos. Si el hombre viviera sólo de pan, ninguna de estas cosas debería influir en nuestra salud. Pero el ser humano es una máquina compleja, con muchos botones y un manual de instrucciones voluminoso. A veces las expectativas y la imaginación cuentan tanto como la química. El impacto del efecto placebo no termina en el ámbito de la medicina. Basta con recordar a los trabajadores de un negocio que su actividad diaria tiene efectos positivos sobre la salud para que a lo largo del mes siguiente se reduzcan su índice de masa corporal o la presión arterial. Incluso el rendimiento de una persona en el gimnasio aumenta si le damos una bebida isotónica que no tiene más propiedades que un precio elevado.
Si alguna vez te has sentido más enérgico de lo normal después de haber disfrutado de un sueño reparador, tal vez también en este caso te estés beneficiando del efecto placebo sin saberlo. Según un estudio que acaban de publicar Christina Draganich y Kristi Erdal, nuestro rendimiento cognitivo se ve alterado en función de cómo de bien creemos que hemos dormido la noche anterior. A los participantes de estos experimentos se les hacía pensar que se estaba poniendo a prueba una nueva técnica para medir la calidad del sueño. Según se les decía, analizando su actividad electroencefalográfica con un nuevo algoritmo era posible saber si la noche anterior habían dormido bien o mal. Los participantes pasaban por la máquina, permanecían un rato conectados viendo sus propias ondas cerebrales y al terminar ese ejercicio se les decía que según indicaba la máquina esa noche habían pasado más tiempo de lo normal en la fase REM mientras dormían. Se les sugería así que su sueño había sido más profundo de lo normal. Por supuesto, la máquina en realidad no medía nada y la información que se les estaba dando sobre la calidad de su sueño era completamente falsa.
A continuación los participantes tenían que hacer varias pruebas psicotécnicas. Como te podrás imaginar a estas alturas, los participantes a los que se les había dicho que habían dormido bien hacían estas pruebas mucho mejor que los participantes a los que se les había sugerido que habían dormido peor de lo normal. Lo más interesante es que este rendimiento extra se observaba sólo para las capacidades psicológicas que se sabe que están influidas por la calidad del sueño. Experimentos previos muestran que las capacidades aritméticas, la fluidez verbal y la velocidad de procesamiento visomotor suelen verse afectadas por la pérdida de sueño. Todas estas capacidades se vieron alteradas por el efecto placebo. Sin embargo, no mejoraron en absoluto las puntuaciones en un test de memoria a corto plazo cuyos resultados se sabe que son independientes de la calidad del sueño. En definitiva, bastó con alimentar la imaginación de los participantes durante unos segundos para hacer que se comportaran exactamente como si de verdad hubieran dormido mejor o peor de lo normal.
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Gracias por la valiosa información y los excelentes artículos que publicais.
Un abrazo.
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Reblogueó esto en Radio Spanish IRIBy comentado:
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de Radio Spanish IRIB.
¿Acaso no es evidente que las creencias afectan al cuerpo? ¿creéis acaso que es casualidad quienes sufren enfermedades y que no hay correlación estadística entre determinadas creencias e ideas con determinadas enfermedades y capacidades aparentes? Al final de todo, lo que cuenta es la auto confianza y el amor propio, y la mayor causa de enfermedad es el miedo. Así es como contaminan y controlan nuestra sociedad. Aunque esto algunos médicos ya lo saben, lo ven y lo intuyen, por ejemplo con el stress y dolencias derivadas del stress que producen desde ulceras hasta disfunción erectil pasando por jaquecas y hasta taquicardias.
Es incluso irónico pensar que las emociones (junto con las creencias que las producen) y la salud pueden ir por separado cuando las dos funcionan bajo el mismo sistema nervioso.
Un matiz: a misma dosis, una inyección suele producir más efecto de una pastilla porque, vía oral, los medicamentos no llegan completamente al torrente sanguíneo, mientras que con la inyección intravenosa sí lo hacen (con la intramuscular habría que verlo, seguramente haya diferencias según el tipo de medicamento y demás). Algunas cosas son placebo, en otros casos tiene que ver con ligeras diferencias. Pero vamos, en cuanto al contenido del artículo, está claro que la psique influye mucho.
Tendría que revisar la literatura, pero creo que los estudios que comparan el efecto placebo de las píldoras y las inyecciones no usan sustancias activas en ninguno de los dos casos. Es la única forma de asegurarse de que el «medicamento» se absorve igual en ambos casos: no poniendo ningún medicamento! Pero lo que comentas es cierto, por supuesto. Así que en realidad hay varias razones por las que las inyecciones parecen y son más efectivas: hacen que la sustancia activa se absorva más rápido y además provocan un mayor efecto placebo.
Si se produce efecto placebo simplemente manipulando expectativas, ¿puede la hipnosis ser útil como apoyo en tratamientos psicológicos, entendiendo la misma solamente como una forma de sugestión potenciada mediante la relajación y el significado cultural que se le puede dar a la técnica?¿Debiera utilizarse en la clínica psicológica? ¿Qué opinión os merece esta técnica teniendo en cuenta lo sugestionables que pueden ser muchas personas? ¿Beneficiarse de la mera sugestión avisando ya de antemano que es «eso y no otra cosa» lo que se va a utilizar, en aquellas personas que se puedan beneficiar de ello?
Creo que había algún estudio que indicaba que el efecto placebo influía (aunque menos) incluso cuando se avisaba a la gente de que sólo estaban tomando un placebo. Eso quiere decir que uno puede beneficiarse de esos efectos sin tener que engañar al paciente. A mí no me parece tan mal. Otra cosa es si los efectos placebo podrían sostenerse en el tiempo si su uso se convierte en práctica habitual, porque parte de su eficacia depende no sólo de las expectativas sino de una historia previa de condicionamiento que se echa a perder si uno empieza a tomar masivamente píldoras que no hacen nada. Pero supongo que es una medida a tener en cuenta…
Parece mentira como funciona la mente humana. Gracias por este fantástico aporte.
Cuando vemos una película y nos dejamos llevar por la historia sentimos emociones reales igual que si lo que estuviéramos viendo fuese auténtico, aunque sabemos que no lo es, sabemos que es una película, que son actores, que hay un guión, etc. De forma similar funcionan la hipnosis, sabemos que las sugestiones no son reales, pero si queremos dejamos llevar por la historia como en el cine, los resultados, nuestras emociones y nuestras conductas serán reales.
Para conocer la eficacia de la hipnosis clínica le recomiendo el siguiente artículo:
Mendoza, M. E. y Capafons, A. (2009) “Eficacia de la hipnosis clínica: resumen de su evidencia empírica” Papeles del Psicólogo, 30(2), 98-116. http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1699.pdf