Ilusión de causalidad como nunca te la explicaron

Hace no mucho Helena Matute escribió una entrada en la que nos hablaba de sus investigaciones sobre la ilusión de causalidad. Recordando un poco lo que allí se decía, parece ser que cuando dos cosas ocurren juntas, una seguida de la otra, esto hace que pensemos que una es causa de la otra. Por ejemplo, me tomo una medicina “X” y justo después se me pasan los síntomas de mi resfriado. Puede que la medicina no tenga nada que ver en la cura, pero al desaparecer la enfermedad tras el uso del remedio, podemos llegar a pensar que la causa de la cura es lo que nos hemos tomado.

En este tipo de situaciones “la forma en la que habitualmente aprendemos relaciones en nuestro ambiente” se vuelve contra nosotros y podemos llegar a generar espejismos “viendo” causas donde no las hay.

Usar la información que nos da la contigüidad (que a una cosa le siga otra) para establecer relaciones causales es algo que hacemos todos a diario, y en la mayoría de los casos nos va bastante bien.

Hay ejemplos en todas partes. Pulsamos un interruptor y se enciende la luz. Pulsamos el botón de llamada de nuestro teléfono y hablamos con quien queremos. Movemos el cable de la antena un poco y la imagen de la tele vuelve a verse nítida.

La pregunta que se me ocurre es… ¿además de en el caso de las medicinas alternativas hay alguna otra situación en la que “nuestro sistema” de aprender causas del ambiente se vea engañado? Y de ser así, ¿puede ser perjudicial para nosotros?

La respuesta es afirmativa para las dos preguntas. Un ejemplo paradigmático es el del ilusionismo. Los magos son capaces de hacer que veamos causas donde no las hay.

La ilusión de causalidad forma parte en muchas ocasiones de la psicología que se suele emplear en juegos de magia. Por ejemplo, puede parecer que muevo objetos por el magnetismo de mi dedo y no ser cierto. Puede que cada vez que mueva el dedo se mueva un papel, y no tener nada que ver realmente una cosa con la otra. El mago sincroniza los movimientos con cuidado para generar la ilusión. En este caso la consecuencia sería bastante benigna, simplemente nos harán pasar un buen rato y ya está.

Claro que…no todas las aplicaciones son tan bienintencionadas. Usando un simple juego de magia nos pueden convencer por ejemplo de que una cosa sirve para algo para lo que realmente no vale, e intentar vendérnoslo en base a esa supuesta utilidad.

Me explico: eso es lo que hacen los timadores para sacarle el dinero a la gente. Con un truco de magia te pueden hacer creer que tienen un método para hacer por ejemplo que los cigarrillos sepan mal (si estás intentando dejar de fumar). Te lo venden, pero cuando lo intentas usar en casa después de haberlo comprado descubres que no funciona.

Nada como ver un vídeo donde ocurre precisamente esto mismo. Está en inglés, pero se entiende bastante bien. De hecho si lo explico no hace falta ni entenderlo (para los que no sepáis inglés).

Poniéndonos en situación, “Los timadores” es un programa anglosajón en el que los presentadores se dedican a estafar a gente anónima realmente para mostrar timos que ocurren en Reino Unido y advertir así a los espectadores de cómo pueden intentar engañarles. Una estafa por lo visto que se lleva a la práctica en el mundo real es la de intentar hacer creer a las víctimas que uno tiene un producto químico capaz de transformar dinero negro en dinero bueno.

Se le explica a la víctima un cuento sobre cómo la casa de la moneda destruye billetes de forma habitual y el procedimiento que siguen para hacerlo (según lo que cuentan los estafadores al susodicho) consiste en tintarlos de negro. En teoría ese dinero queda inservible, pero el “supuesto comerciante” ha conseguido crear un producto químico que convierte el dinero negro en dinero útil otra vez. Evidentemente esto es falso, pero con un truco de magia el timador es capaz de hacer creer a la gente que con su producto consigue realmente limpiar el dinero. Al timador le interesa que la víctima crea que esto es cierto precisamente, porque luego intentará venderle ese producto químico al pardillo. Veámoslo en vídeo…

Así, gracias a inducir una ilusión de causalidad en la víctima consigue que crean que el producto químico es lo que “causa” que el dinero se vuelva bueno de nuevo. Los estafadores usan esta forma de inducir ilusión de causalidad con frecuencia en diversos timos y aparentemente logran engañar a mucha gente. Parece que de nuevo, el “sistema de aprender” que normalmente nos beneficia, otra vez se vuelve en nuestra contra, tal y como ocurría con las falsas medicinas. Veamos cómo es el esquema de esta forma de inducir ilusión de causalidad mediante trucos, aparentemente al menos…

1-Hay contigüidad (al uso del producto le sigue el resultado, es decir, un billete limpio).

2-Hay normalmente un regla verbal o varias, en forma de historia, que sirve para justificar e interpretar de la forma adecuada lo que vamos a ver (en este caso la historia de la destrucción del dinero y cómo nuestro producto consigue un resultado).

3-Hay un estímulo novedoso que es la falsa causa, y lo que de hecho van a intentar vendernos en el caso de los timos (esta vez un producto químico).

4-Hay alguna forma de esconder la verdadera causa.

5-La relación causal resulta creíble en función del conocimiento que tiene del mundo la víctima, y por supuesto se requiere que no conozca la forma en la que se hace trampa o puede hacerse (es complicado por ejemplo que un escéptico crea en supersticiones, pero más sencillo que crea en otro tipo de cosas, y seguramente no caerá alguien que ya conoce el timo, de ahí la emisión del programa).

Así se logra aparentemente engañar a la gente y se la consigue estafar. Este es un ejemplo, pero hay muchos timos que se basan en esto exactamente. En el mismo programa, los timadores consiguen que los participantes crean que tienen un aparato para recargar tarjetas de bus, o que venden un spray que sirve para que el radar no saque la matrícula de tu coche en las fotos cuando salta. Todo productos inútiles en realidad, vendidos del mismo modo.

Otra forma de poner reglas y un curioso efecto

En el esquema anterior hay que señalar que las reglas no han de ponerse siempre de forma explícita, podemos sugerirlas de forma implícita usando el conocimiento que la víctima tiene del mundo. De esto habla muy bien Dan Ariely (creo que en “Las trampas del deseo”). Mencionar el precio de las cosas hace que pasemos de usar normas sociales a usar normas del contexto mercantil y acabemos comportándonos de forma distinta en función de las claves que nos suministran. Esto lo saben usar muy bien los ilusionistas de forma intuitiva. Siempre juegan con lo que damos por sentado.

Para entender cómo pequeñas claves pueden ayudar a interpretar la realidad de una forma u otra nada mejor que esto…

Imaginad el potencial que tiene inducir una forma de pensar e interpretar lo que ocurre. Usar lo que damos por sentado y lo que interpretamos en función del contexto, como las reglas que aplicaremos en un momento dado, puede darnos ventaja e incluso servirnos para generar sorprendentes efectos. Juguemos un poco más con la psicología humana y veamos este vídeo…

¿Se os ocurre cómo se ha hecho? Las reacciones de la chica son reales. Voy a hacerlo otra vez, en esta ocasión tal vez sea más sencillo dar con la “causa verdadera” del “resultado” de este juego…

¿Qué tal ahora? Si todavía no lo has descubierto, la explicación aquí (o parte por lo menos)…

Los ilusionistas no dicen nunca lo que van a hacer y eso les da una pequeña ventaja. Además las claves del contexto así como los comentarios parecen ayudar a interpretar lo que pasa, ya que permiten a la chica interpretar el juego de la forma en que queremos que lo haga: “esto es un juego de magia en el que estás eligiendo una carta”.

El hecho de que “tras” (contigüidad) la decisión de señalar una carta aparentemente nosotros la quitemos o la dejemos, hace ver como que nuestra acción es “causa” de que esa carta se quede o desaparezca del juego. Así al final los espectadores acaban pensando que han podido realmente elegir la mayoría de las veces, pero esto es solamente un espejismo. ¿No es sorprendente? Probadlo vosotros mismos con personas de carne y hueso, es divertido.

Espero que os haya resultado tan interesante como me resulta a mí.

Esta entrada fue publicada en Artículos y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

3 respuestas a Ilusión de causalidad como nunca te la explicaron

  1. ruzaballos dijo:

    Es de los artículos más interesantes que he leído últimamente, muchas gracias

  2. Héctor dijo:

    Gracias a ti por el comentario Ruzaballos ; )

  3. Neil dijo:

    Bastante interesante, y comprobado empiricamente.

Deja un comentario